LA
HISTORIA
En el Alfonso "Chico" Carrasquel - Leones vs. Caribes |
Hola para todos/as aquellos/as
que lean esta entrada, gracias por tomarse el tiempo de seguirme. Como les
comente en la entrada anterior, esta seria la ultima ya que toca la vuelta para
los pagos pero siempre queda algo para contar. Lo cierto es que antes de
dirigirme a Caracas para tomar el vuelo, hice un alto en Puerto la Cruz en casa
de Daniel y su familia. Allí había dejado la ropa de invierno que tanto peso
hacia así que era paso obligado y además ya extrañaba un poco a mi “familia
venezolana”, era buena la excusa para darme una vuelta por ahí. La
verdad es que de estos días me llevo un grato recuerdo en mi memoria y en mi
corazón por tanto afecto recibido; no hay tantas historias para contar como en
entradas anteriores. Mi idea aquí era más bien descansar un poco de tanta ruta
recorrida, ir a la playa, comprar algunos recuerditos para llevar a Argentina y
lo demás seria improvisar un poco. Bueno a la playa la verdad no fui mucho,
solo un día con Daniel a playa arapitos una de las tantas del
Parque Nacional Mochima; por cierto sumamente bella y recomendable. Algo nuevo
para mí fue asistir a un encuentro de la Liga Venezolana de Beisbol
Profesional, mas precisamente al encuentro disputado entre los “Leones de Caracas VS. Caribes de Anzoátegui”, un encuentro un
tanto lento para mi gusto ya que termino solo 2-1 cuando en otros juegos hacían
mas de 10 entradas pero bue… aproveche para rescatar algunas cosas mas que
productivas a la hora de hacer un paralelismo con nuestro tan amado futbol. En
primer lugar hay que entender que el Beisbol aquí es el deporte numero uno,
como para nosotros lo es el Futbol; entendiendo eso la primer rareza que
encontré fue que en las gradas (de frente al cajón de bateo, lo que
seria la popular en nuestro estadio) el publico de ambas hinchadas estaba
mezclado y todo transcurrió con total normalidad. Incluso el partido se miraba
sentado salvo alguna jugada emocionante donde algunos se paraban. Eso si! Mucho
ruido a cornetas y gritos para darle emoción a la tribuna. La otra rareza que
encontré es que dentro del estadio venden bebidas alcohólicas (mas precisamente
cerveza); lo único que si en vaso de plástico, nada de vidrio. Y por ultimo las
entradas eran muy accesibles ya que costaba B$ 50, lo que seria $ 10 argentinos
la mas barata y la mas cara B$ 180 como $ 35 mas o menos. Todo transcurrió con
normalidad y la sensación fue muy amena, cómoda y obviamente nueva. Algunos
días me la pasaba en el mercado haciendo algunas compras para la casa, en
particular compraba frutillas, que para que se mueran unos cuantos les cuento
que vendían el kilo a B$ 25… o sea que 1 kilo de frutillas a $5. De mas esta
decir que todos los días hacia jugo de frutillas, guayaba, parchita (maracuyá)
naturales y bien frescos… ojala tuviéramos toda esa fruta en Argentina.
Caracas desde el telesferico |
Otro día
fui al centro a comprar algunos regalitos, también hubo noche de cine en “Cines
Unidos” con proyección nacional de “papita,
maní y tostón” y bueno así se paso la semana. Llego el viernes 19, día en
que partiría para Caracas con Daniel que me iba a acompañar para pasar el fin
de semana dando algunas vueltas por la Capital. Así fue que en poco mas de 5
horas llegamos en Rodovias Venezuela,
previo a haber coordinado con el pana Duilio Marcial (ver la entrada del cruce
de frontera Brasil – Venezuela) quien nos dijo como llegar hasta su barrio por
medio del metro. Por cierto, el metro es fantástico, súper regular y
prácticamente gratis (B$ 1.50 à
$ 0.30). Llegamos a la estación de Plaza
Venezuela y allí nos transferimos por la Línea 3 para llegar a estación Ciudad Universitaria donde él nos
esperaría. Ante todo quiero agradecer a Duilio y a toda su familia el tremendo
gesto de amabilidad de permitirme a mí y a Daniel quedarnos en su apartamento,
como también ir a buscarnos al metro, darnos una recorrida por la ciudad y
demás. El sábado bien temprano desayunamos y partimos para el Centro donde
recorrimos casi todo lo que se podía recorrer de la parte histórica. Entre los
lugares que recuerdo, pasamos por El Capitolio, El Palacio Miraflores, El
Palacio Blanco, El Centro Simón Bolívar, La Casa Natal del Libertador Simón Bolívar,
El Museo Bolivariano, El Consejo Municipal, El Calvario, El Bulevar Sabana
Grande, Parque los Caobos, Plaza Venezuela, El Teatro Teresa Carreño y
tal vez algunos lugares mas que no recuerdo el nombre. Me lleve una linda
impresión de esta vuelta, por lo menos en esta parte vi una ciudad bastante
limpia (por ser la capital), suficientemente ordenada aunque lo que si hay que
destacar es que las fachadas de los edificios están un poco descuidadas, y en
la mayoría hay pintadas de ideologías políticas que arruinan un poco la imagen.
Esta ultima es una apreciación que quiero llevar a la imagen del lector que tal
vez no conozca la ciudad; es inmensamente increíble lo fuerte que ha calado el
Ex Presidente Hugo Rafael Chávez Frías… hay pintadas por todos lados, afiches,
grafitis, imágenes en los comercios, banderas en los balcones. Yo creo que el día
que asuma la presidencia un partido “opositor” tendrá que destinar más recursos
para repintar la ciudad que en cualquier otra área de su cartera. En fin, por
la noche fuimos a tomar unas cervezas con los muchachos y aprovechamos para ver
como era un poco la capital de noche; la verdad no vi mucho movimiento
considerando que era sábado; lo raro es que para juntarse a tomar, se
acostumbra ir a los restaurantes chinos a
beber ya que son (según dicen) los que mas baratos tienen la bebida (la botella
personal de una cerveza esta en B$ 15 à
$3). Pasamos por allí un rato y después de unas vueltas nos regresamos a
dormir. Ya para el domingo teníamos pensado subir al Waraira Repano, mas
conocido como el Cerro Ávila.
Con Daniel en el Centro Simon Bolivar |
Esta
la opción de hacerlo a pie por un sendero que demora alrededor de 4 horas o
hacerlo en el teleférico por unos módicos B$ 100; a esta altura del viaje ya ni
lo pienso… hicimos una interminable cola de casi 2 horas pero al fin accedimos
al funicular y subimos al cerro. Unas vueltas por ahí arriba, aprovechando la
vista, tanto de Caracas como de La Guaira (en el estado Vargas), nos comimos
unos “perros calientes” y bajamos porque el bus de Daniel salía a las 14:30. Lo
acompañe hasta el terminal donde seria nuestra despedida (aunque no será la
ultima vez que nos crucemos con el y su familia, o al menos eso espero) y con
la promesa de rencontrarnos me volví al departamento. El lunes seria día de
descanso, fui un rato hasta el centro a hacer algunas compras como para
terminar de gastar los últimos Bolívares y me regrese a preparar el bolso para
partir el martes rumbo a Maiquetía para tomar mi avión hacia Argentina. Con 5
horas de anticipación me presente en el aeropuerto porque ya me habían
advertido que podía salir tarde el vuelo, que las colas eran sumamente largas y
que el check in iba a ser complicado… todo lo contrario; a las 13:30 ya estaban
haciendo el chequeo y pasando las maletas así que inmediatamente les puse el
film de seguridad las despache. Luego hice migraciones y ya estaba del otro
lado, esperando que el vuelo saliera. Afortunadamente salió en tiempo y forma, así
que a las 2:30 AM estaba nuevamente en Argentina. Así fue como concluyo mi
viaje; “Al final, lo que importa no son los años de vida, sino la vida de los
años” dijo Abraham Lincoln; “todo concluye al fin, nada puede escapar” canta
Tango Feroz; “Todo Pasa” reza el anillo de don Julio Grondona; “Todo tiene su
tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora” escribió el Rey
Salomón… como habrán visto, frases hay para todos los gustos, religiones,
políticas, ideales, deportes, etc. Fueron 4 días en Barajas, 32 días en
Venezuela, 25 días en Colombia, 12 días en Ecuador, 12 días en Perú y 7 en
Brasil; en total 92 días de pura aventura, experiencia, respuestas encontradas
y preguntas nuevas por todos lados; amistades por doquier y promesas de
regresar también. Puedo dar gracias a Dios que en ningún momento mi vida corrió
peligro, o si así fue ni me entere. Nunca he pasado hambre o frio o condiciones
extremas que fueran insoportables, y si en algún momento hubo alguna fue para
diversión y aprendizaje y no para sufrimiento, por lo menos así lo he tomado
yo. También doy gracias a Dios porque en 92 días no he tenido ni siquiera un
resfriado, ni una fiebre o vomito ni mucho menos, tampoco males estomacales con
todas las cosas nuevas que comíamos y probábamos… por todo ello puedo decir que
el viaje ha sido un éxito, incluso hasta en el inconveniente en Madrid; todo ha
sido mas que positivo. Quiero agradecer también principalmente a mis viejos y a
mi novia que en todo momento confiaron en mi, que siempre me infundieron
aliento y positivismo y en todo tiempo me apoyaron en semejante locura; también
hago extensivo el agradecimiento para mis amigos (incluidos los compañeros de
trabajo que ya los incluyo en el grupo de amigos porque ya no trabajo jajaj
cuak) familiares, y todas aquellas personas que me he cruzado y me han dado su
amor, afecto, que han seguido mi blog y se han preocupado por mi bienestar y
también a aquellos que por el contrario han tirado mala onda pero que han sido
los menos, para ellos también va un “que Dios los bendiga”. Sera hasta el
próximo viaje…